Vida Sana
Casi la mitad de los adultos en Estados Unidos y 3 de cada 4 personas mayores de 60 años tienen presión arterial alta. Esto supone que 119.9 millones de personas corren el riesgo de sufrir cardiopatías, derrames cerebrales o daños renales, cerebrales u oculares —e incluso muerte prematura— a causa de la hipertensión.
Sin embargo, un estudio realizado en el 2021 con más de 27,500 adultos reveló que el 18.5% de las personas hipertensas tomaban uno o más medicamentos que podrían estar elevando su presión arterial. Casi el 15% de las personas con presión arterial normal hacían lo mismo, según informó el Dr. John Vitarello, médico especialista en Enfermedades Cardiovasculares de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia y principal investigador del estudio.
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En otro estudio del 2020 publicado en Pharmacological Research, el profesor Alex Odermatt, subdirector del departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Basilea (Suiza), expresó su preocupación por el hecho de que las interacciones entre fármacos y enfermedades, específicamente "los medicamentos que favorecen la hipertensión o atenúan los efectos de la terapia antihipertensiva, no suelen ser reconocidas por los profesionales médicos como factores que contribuyen a la hipertensión secundaria". Y añadió: "El uso personal de ciertos suplementos herbales, agentes de venta libre o psicoestimulantes asociados con el aumento de la presión arterial hace que las evaluaciones individuales sean aún más necesarias".
¿Qué medicamentos no deben tomarse en caso de hipertensión?
Analgésicos y tratamientos para la migraña
Toda persona con hipertensión debe tener cuidado al seleccionar los analgésicos de venta libre, en particular los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno y el naproxeno. La Asociación Americana del Corazón (AHA) advierte que los AINE aumentan el riesgo de infarto de miocardio o derrame cerebral con el uso prolongado de dosis altas. Además, las personas que padecen enfermedades cardiovasculares corren un riesgo aún mayor.
Los AINE de venta con receta —como la indometacina, que se utiliza para aliviar el dolor de la artritis— pueden provocar la retención de sodio como un efecto secundario. Esto puede reducir la eficacia de los medicamentos recetados para reducir la presión arterial.
Los triptanes son los fármacos que se recetan con más frecuencia para aliviar las cefaleas migrañosas agudas. Dado que los triptanes contraen los vasos sanguíneos —algo que puede aumentar la presión arterial—, no se recomiendan para las personas con hipertensión no controlada y enfermedades relacionadas.
Los anticuerpos monoclonales contra el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP) son fármacos inyectables para el alivio de la migraña que, según informes, elevan la presión arterial en algunos pacientes. Sin embargo, dado que la autorización de la FDA es muy reciente, no se han recopilado datos suficientes para determinar el nivel de este riesgo o qué tipos de pacientes pueden verse afectados, dice el Dr. Morris Levin, profesor de Neurología de la Universidad de California en San Francisco y jefe de la División de Medicina de Cefaleas.
"Esto no significa que las personas con migrañas que tienen hipertensión no vayan a obtener alivio", dice Levin. "Varios medicamentos de venta con receta destinados a prevenir las migrañas también controlan la hipertensión arterial. Entre ellos figuran los betabloqueantes, los bloqueantes de los canales de calcio y los bloqueantes de los receptores de angiotensina".
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